AUTOCONOCIMIENTO
Llega el cuarto mes del año, abril viene del verbo latino ´aperire´ (abrir), es el mes en que estalla la primavera y la tierra se “abre”, para dejar salir los nuevos brotes, las plantas, las flores… Abril tiene su nombre de la explosión de vida que acompaña al comienzo de la estación más florida y fértil del año.
Un excelente mes para “abrirte” al cambio, al proceso del autoconocimiento para crecer en sabiduría, saber quién eres y co-crear una vida verdaderamente satisfactoria y estar en paz contigo mismo.
Auto conocerse, el gran desafío de todo ser humano. Mirar hacia dentro con humildad, honestidad y valentía, es un camino que no tiene meta, lo importante es que te comprometas con seguir profundizando y acabarás encontrándote.
Iniciemos soltando “la felicidad está afuera de ti mismo” de ahí que te hayas conformado con el placer, la excitación o la euforia temporal que te proporciona el consumo materialista, los triunfos profesionales o el entretenimiento. La felicidad no tiene nada que ver con el bien-tener sino con el bien-estar. Es decir, con la sensación interna de estar bien contigo mismo, independientemente de cómo sean tus circunstancias externas.
Otro apartado es tu modelo mental, en él se originan los pensamientos, las creencia, los valores, las prioridades y las aspiraciones, determina por qué eres como eres, así como “la piedra emocional, psicológica” con la que tropiezas una y otra vez a lo largo de tu vida
Continuamos con las actitudes. Para poder cambiar la actitud que adoptas frente a tus circunstancias es imprescindible que modifiques tu manera de pensar nutriendo y reprogramando tu mente de información veraz y de sabiduría.
Llegamos al reto de cultivar tu energía vital, ese sano equilibrio entre la actividad, el descanso y la relajación. Es recomendable el contacto con la naturaleza, la nutrición natural, el ejercicio físico, el yoga, la contemplación, el silencio, la meditación y rodearte de personas que desprendan vitalidad. Reflexiona sobre tus hábitos y estilo de vida en general.
Si realmente anhelas un profundo cambio en tu vida, es esencial que te comprometas contigo mismo. Este es sin lugar a dudas el mayor compromiso que puedes asumir en toda tu vida. La autentica transformación no tiene nada que ver con los “tengo que” o los “debería”, más bien surge de una profunda motivación por sentirte mejor contigo mismo y, en consecuencia, con los demás y con la vida.
En la medida en que obtienes sabiduría, cultivas tu energía vital y te comprometes con tu proceso, es cuestión de tiempo que empieces a percibir felicidad (estas en el camino, tu sentido, satisfecho con la vida que llevas), paz interior (dejas de reaccionar frente a tus circunstancias), y amor (dejas de luchar y de entrar en conflicto con la realidad).
La palabra mágica que cambia todo es la aceptación. Eso sí, aceptar no quiere decir resignación, indiferencia, reprimirse, tolerar, debilidad, dejadez. La auténtica aceptación nace de la profunda comprensión y sabiduría acerca de por qué eres como eres, por qué los demás son como son y por qué el mundo es tal como es. Lo cierto es que aquello que no eres capaz de aceptar es la única causa de tu sufrimiento.
¡Cuando uno cambia, todo cambia!
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