miércoles, 23 de noviembre de 2016

ABRE TU CORAZÓN

ABRE TU CORAZÓN
 
Estamos programados para abrirnos o cerrarnos en función de nuestras experiencias pasadas. Ante temas dolorosos, bloqueas la energía cerrando tu corazón, cerrando tu mente, y conteniéndote en un espacio interno limitado.
 
Cerrar el corazón no te protege realmente de nada. Solo te cercena de tu fuente de energía. A la postre solo sirve para bloquearte interiormente. Mantente abierto y no te cierres. Lo único que tienes que hacer es decidir si estás dispuesto a mantenerte abierto. Simplemente es cuestión de si quieres abrirte o cerrarte. En última instancia es algo que depende de ti, está bajo tu control. Cuanto más abierto te mantengas, más aumenta el flujo de energía en tu interior.  
 
Afirma: “No, no voy a cerrarme. Me voy a relajar. Voy a dejar que esta situación tenga lugar y voy a estar aquí presente con ella.” Honra y respeta cada situación. Y afróntala.
 
Sea como sea, afróntala. Actúa del mejor modo que puedas, pero afróntala con apertura. Mientras sigas dependiendo de lo que te gusta y no te gusta, seguirás abriéndote y cerrándote. Recuerda, si amas la vida, no hay nada ante lo que merezca la pena cerrarse. Si estás dispuesto a experimentar el don de la vida, en lugar de luchar contra él, la vida te conmoverá en lo más profundo.
 
Normalmente te escondes dentro de ti, te retiras, te cierras y te refugias en un escudo protector. Cuando te cierras para protegerte, estás poniendo un caparazón protector alrededor de tu parte débil. La parte de ti que se altera tanto, está desequilibrada. Es tan sensible, que reacciona desproporcionadamente ante la menor cosa. Si te proteges a tal extremo, nunca serás libre. Cuando dedicas tus energías a proteger los problemas que vas almacenando, te estancas. Ves la vida como una amenaza y te encierras en ti mismo.
 
Cuando tienes la energía bloqueada, no puede ascender y alimentar tu corazón y en consecuencia, tu corazón se debilita. Cuando te pones a la defensiva, estás
construyendo tus muros. Observa la parte de tu ser que está tratando de protegerse. Si realmente quieres liberarte de esa parte sensible, deja de protegerla. 
 
Deja “soltar”, desapegarte, permite que las cosas sean tal como son, da un paso atrás de la energía que está tratando de arrastrarte. Cuando afloren tus pensamientos, no tienes que acompañarlos. De este modo si surge un pensamiento o una emoción, simplemente te das cuenta de ellos, y entonces el pensamiento o la emoción se va, porque tú permites que se vaya.
 
Abre tu corazón ante cualquier cosa y permite que se produzca el proceso de purificación. Ese estado te da la oportunidad de soltar. Trasciende la tendencia a evitar. Simplemente tienes que estar preparado y decidido a manejar la incomodidad.
 
 
 
Mi Consulta Psicológica
Ana Luisa López Pérez
Psicóloga
 
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