LA PAZ
Hoy quiero invitarles como ciudadanos de este mundo a sembrar la semilla de la paz, a formar niños y jóvenes que usen la paz para resolver sus diferencias, que expresen sus emociones y la búsqueda de su espiritualidad siendo nosotros los adultos, ese ejemplo para garantizar, ciudadanos, funcionarios, empresarios, docentes y líderes comprometidos con la sociedad y con su medio ambiente porque no podemos tener constructores de paz cuando por generaciones hemos sido educados con una cultura de violencia de competencia donde la resiliencia se basa en la fuerza y no en la creatividad, la aceptación y la unidad, la guerra no se combate con armas, si no con el despertar de la conciencia, recordemos que la paz también se contagia a través de una sonrisa, de un buen trato pero sobre todo con educación.
La educación para la
paz debe estar en la raíz de cualquier proceso de educación cívica y
democrática, que desarrolle la autonomía de niños y jóvenes. Ha de ser una
educación vivencial, que permita ponerse en la piel de quien sufre la
injusticia y la violencia, reflexionar sobre ello y analizar sus causas y sus
consecuencias.
La paz en tiempos de
guerra, pareciera un concepto tan vano y tan insignificante para quienes viven
lo contrario, sin embargo la paz es un proceso de construcción diaria. El
objetivo de la paz es lograr la armonía de la persona consigo misma su paz interior, con las
demás personas es la paz en la comunidad de la raza humana y con la naturaleza la paz ecológica con el planeta.
¿Y tú, vibras y vives en paz?
En tiempos duros necesitamos corazones valientes,
mentes claras que sepan intuir necesidades, corazones tiernos capaces de ser
puentes y lazos entre las personas.
¿Y tú, actúas desde tu paz interior? fortaleciendo lazos con tu pareja, tu familia, tus compañeros de trabajo, con los demás.
Hablar de paz, implica reencontrarse con
aquella armonía pérdida en nuestro interior, es decir, es el camino que debe
llevarnos a respetar, a aceptar y a tolerar a los demás. La conquista de la paz
está en el interior de cada persona.
Si cambiamos aspectos negativos por positivos, si
dejamos a un lado el odio, la venganza, la ira y el deseo de dañar a los demás
y los sustituimos por paz interior, por amor, tolerancia, bondad, comprensión y
el respeto a la vida de los demás, podremos vivir en un mundo lejos de
violencia y guerra.
Vivir en paz nos ayuda a aceptar nuestros errores y
reflexionar sobre ellos, buscar el equilibrio en nuestra mente y en nuestro
corazón.
Actuar con verdad y justicia a través del diálogo
hará sociedades más libres y humanas. Reconocer y garantizar la correcta
aplicación y defensa de los derechos humanos en el mundo, fomentará condiciones
favorables de convivencia pacifica y el desarrollo de la humanidad.
La cultura de paz, según la definición de la
Organización de las Naciones Unidas, es el conjunto de valores, actitudes,
tradiciones, comportamientos y estilos de vida basados en: el respeto a la
vida, el respeto y la promoción de todos los derechos humanos, y el arreglo
pacifico de los conflictos; respeto y fomento a la igualdad de derechos y oportunidades.
El camino no es fácil pero hoy tenemos la oportunidad
de sembrar la semilla de la paz en un campo tan fértil como lo es la conciencia
humana.
Hablemos de paz, vivamos en paz, abriendo el camino para el cambio de mentalidad, corazón e intelecto. Vivamos la paz anhelada como realidad en la vida de cada día de millones de personas alrededor del mundo.
Hagamos equipo, vivamos en unidad por tu bien por el mío y por amor a la humanidad. Patrimonio tangible de la humanidad, LA PAZ.
miconsultapsicologica@hotmail.es
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