En
el transcurso de nuestras vidas va acumulándose un revestimiento de
miedo, rabia, envidia, tristeza, inseguridad y muchos otros sentimientos
negativos que tapa nuestra hermosa naturaleza interior. Esa envoltura
se intensifica y se refuerza debido a la educación y a las experiencias
de nuestra niñez en la vida actual. Parecemos lo que no somos: personas
furiosas y temerosas, llenas de sentimiento de culpa e inseguridad. Nos
hemos olvidado de quiénes somos en realidad.
Al ir deshaciéndonos de los rasgos negativos, redescubrimos nuestra auténtica naturaleza, nuestro yo positivo y amoroso. Siempre ha estado ahí, pero tapado, oscurecido y olvidado. Somos almas inmortales y divinas y estamos recorriendo un camino.
Deshacerse del miedo, la rabia y las demás emociones negativas es importante, no sólo para el bienestar espiritual sino también para una buena salud física.
El cuerpo está íntimamente ligado a la mente, por lo que los estados de
ánimo y las emociones se traducen fácilmente en síntomas físicos. El amor puede curar, el estrés puede matar.
Los
objetivos son deshacerse de los pensamientos y de las emociones
negativos y descubrir la paz, la alegría y la felicidad interiores. Una vez conseguidos, la vida es mucho más placentera. Se progresa con más conciencia por el sendero espiritual
de cada uno y el alma se manifiesta dentro de un cuerpo físico que está
infinitamente más sano y es mucho más resistentes a las enfermedades.
La rabia está arraigada en los juicios. Clasificamos a los demás de acuerdo con nuestra fantasía, con normas que elegimos y les aplicamos. Muchas veces la gente se enfada con nosotros porque defraudamos sus expectativas.
Hágase
las siguientes preguntas con tranquilidad, y sin juzgar ni criticar sea
consciente de las ideas , las sensaciones y las imágenes que vayan
surgiendo.
¿En
qué fueron irrazonables sus padres al exigirle y esperar cosas de
usted? ¿Vivían a tráves de usted? ¿Le utilizaban para impresionar a
otras personas, por ejemplo, a sus amigos, sus hermanos o sus padres?
La
preocupación excesiva por las opiniones de los demás puede indicar que
le utilizaron para esos fines. Lo ideal sería que no importara tanto lo
que piensen de usted los demás como el saber que está haciendo lo que
debe, buscando su verdad personal. Deje a un lado esa dependencia y libérese.
La culpa es un tipo de autorrabia, de rabia dirigida hacia adentro. Sucede cuando nos desilusionamos a nosotros mismos, cuando defraudamos las expectativas de nuestro yo idealizado.
La
rabia es una defensa del ego, una defensa contra el miedo a ser
humillados o a pasar vergüenza, el miedo a que no nos tengan en
consideración, a que se rían de nosotros, el miedo a quedar
desprestigiados, el miedo incluso a la pérdida. El miedo de no conseguir
lo que queremos. Creemos que la rabia nos "protege" de los demás.
El que seamos conscientes nos libera día a día, sin embargo, el apoyo profesional con terapia regresiva nos aporta soluciones al revivir las experiencias que gestaron estás emociones para comprenderlas, sanarlas y liberarlas.
La rabia es una emoción perjudicial, nociva e inútil.
Se disuelve a base de comprensión y amor.
Todos estamos conectados.
Todos somos lo mismo.
Mi Consulta Psicológica
Ana Luisa López Pérez
Psicóloga
Av. del Puerto Nº 81, Planta 6ª, Pta. 44.
Valencia, España. 46021.
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