SINCRONICIDAD
La sincronicidad es una coincidencia temporal de dos o más sucesos relacionados entre sí de una manera no causal, es un evento que sucede fuera del tiempo y del espacio: sucede en otra dimensión.
El término “sincronicidad” se debe a Carl G. Jung y al premio Nobel de física, Wolfgang Pauli.
La sincronicidad, denominado por la mayoría de las
personas como “casualidades” es el principio que rige esa serie de
circunstancias y acontecimientos, cuando sin saber porque las cosas nos
llegan cuando las necesitamos, nos encontramos con alguien que nos
resuelve un problema cuando acabamos de pensar en el, o aparece la
puerta abierta perfecta para el siguiente paso tras haber completado el
anterior, eso es la sincronicidad.
Es la sucesion de acontecimientos sincronizados en pos de un objetivo
marcado, conciente o inconciente, y las llamamos casualidades porque nos
sorprende que todo este ocurriendo de forma tan perfecta y contínua,
tal vez porque generalmente se desconoce las causas. Muchos, incluso
algunos científicos, creen que es producto del azar, de eventos
casuales.
La sucesion de acontecimientos que llegan a nosotros en el momento en que necesitamos que lleguen es infinita.
Si estamos dándole vueltas a un tema que nos preocupa y de repente
alguien nos deja un libro de forma totalmente espontánea que nos
proporciona la información buscada, si resulta que estamos pensando
secretamente en cambiar de trabajo y un compañero comenta que ha oído
que en la empresa tal buscan alguien, etc. Todo aquello que marcamos
como casualidad forma parte del mundo de la sincronicidad.
La sincronicidad tiene una analogía con el funcionamiento de la ley de la atracción.
“Cuando deseas algo, todo el universo conspira para que lo consigas“.
Otra frase a propósito: “Cuidado con lo que deseas, ya que puede
realizarse”.
Nuestro pensamiento conciente, el subconciente y el inconciente colectivo están interconectados.
Por eso, según lo que deseemos crearemos una realidad en consecuencia.
Pero esto que parece tan fácil, depende en gran medida de dos cosas: de la fuerza del "deseo" al expresarlo y del grado de “conectividad” y conocimiento que tengamos de la naturaleza de este funcionamiento y de uno mismo. Evidentemente, cuanto más concientes somos de nuestra conexión con todas las cosas y seres en el universo, mejor funciona. O sea: por fuerza entendemos, energía y por conocimiento, información.
El universo se
autorregula, es inteligente, recibe información y responde. Está
continuamente retroalimentando la realidad en función de la información
que recibe.
Cuanto más sepas acerca de la sincronicidad, más “coincidencias” ocurrirán en tu vida y mas podrás beneficiarte de este poder.
Vivimos en un universo de abundancia, todo lo que
necesitamos esta disponible. El secreto es saber lo que uno quiere y lo
que necesita para realizar su vida, sus experiencias y esto no lo
encontramos preguntando a los demás.
La verdad está donde estuvo siempre: en el interior de cada uno.
Mi Consulta Psicológica
Ana Luisa López Pérez
Psicóloga
Av. del Puerto Nº 81, Planta 6ª, Pta. 44.
Valencia, España. 46021
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