viernes, 19 de septiembre de 2014

EL KARMA

 KARMA

La palabra Karma significa literalmente "acción, acto", y designa tanto el poder latente que hay en las acciones como las consecuencias que se derivan de nuestros actos.

Toda acción implica un deseo que la originó y un pensamiento que la modeló, además del movimiento visible llamado el "acto".

Toda causa fue anteriormente un efecto , y cada efecto, a su vez se convierte en una causa. Por lo que Karma se llama la Ley de Causa y Efecto. Esta fuerza puede actuar en el plano físico o mundo del movimiento, en el astral o mundo del sentimiento, y en el mental o mundo del pensamiento.

Hay muchas clases de Karma: Karma internacional, Karma nacional, Karma de la ciudad, Karma del individuo, todos están intrínsecamente relacionados.

En términos sencillos, Karma significa que todo lo que hacemos, con el cuerpo, el habla o la mente tiene su resultado correspondiente. Toda acción, aún la más insignificante, está llena de consecuencias.

Los resultados de nuestras acciones suelen presentarse tarde, incluso en vidas futuras. Sin embargo, es el Karma que nos permite explicar de un modo satisfactorio las pronunciadas y  extraordinarias diferencias que hay entre todos nosotros. Aunque hayamos nacido en el mismo país o en la misma familia, o en circunstancias semejantes, todos tenemos un carácter distinto, nos suceden cosas completamente distintas, tenemos distintos talentos, inclinaciones y destinos.

Puesto que la ley del Karma es inevitable e infalible, cada vez que perjudicamos a otros nos perjudicamos directamente a nosotros mismos.

El Karma, pues, no es fatalismo ni predestinación. Karma es nuestra capacidad  de crear y cambiar. Es creativo porque podemos determinar cómo y por qué actuamos. Evolución a través del conocimiento.

Cualquier cosa que nos este ocurriendo ahora es reflejo de nuestro Karma pasado. Pero si observamos la Ley del Karma y despertamos en nosotros el buen corazón del amor y la compasión, si purificamos nuestro continuo mental y despertamos gradualmente la sabiduría de la naturaleza de nuestra mente, podemos llegar a convertirnos en un ser verdaderamente humano y, en último termino iluminado.


Mi Consulta Psicológica
Ana Luisa López Pérez
Psicóloga

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